Una pregunta sencilla con una respuesta compleja: ¿De qué juega Thomas Müller? Sí, ahora mismo, lo hace de mediapunta, pero ¿es esa su posición tradicional? El portal Transfermarkt tiene analizados 525 del los 533 partidos que el futbolista alemán ha disputado con el Bayern. De ellos, 196 los ha jugado como mediapunta, 190 como extremo derecho, 64 como centrocampista o interior, 46 como delantero centro y 29 como extremo izquierdo. Es decir, Müller juega del centro del campo hacia delante, pero no tiene una posición predilecta.
Otra pregunta similar: ¿Es un goleador o un asistente? Si se observan los datos de esta temporada, no hay duda posible. De hecho, sus 21 asistencias -frente a ocho goles- en la Bundesliga le convierten en el futbolista de las grandes ligas que más pases de gol ha repartido este curso, empatado con Leo Messi y superando en una asistencia a Kevin de Bruyne. A lo largo de su carrera, sin embargo, ha firmado tres temporadas con más goles que asistencias -con un récord de 20 tantos en la 2015/16- y una más en la que ambos registros están igualados.
Entrando ya en el terreno de la subjetividad, se podría añadir que Müller no es un futbolista especialmente dotado en ninguno de los atributos clásicos del fútbol. No es especialmente alto (1,85 metros), ni muy rápido, ni muy fuerte, ni destaca por tener una técnica depurada, ni un disparo letal… En resumen, es un futbolista que no se sabe muy bien de qué juega, a caballo entre un goleador y un pasador, y que no destaca en nada. Bueno, sí que destaca en algo concreto, completamente intangible: en su intuición para interpretar el juego, en su habilidad para oler la sangre rival. Y también en su capacidad para reinventarse.